“Formar personas con valores cristianos, morales y cívicos, brindándoles una educación integral personalizada, de acuerdo a su edad y respetando sus diferencias individuales; para que así en todo trabajo o actividad que emprendan los niños y los jóvenes, utilicen su mente (parte cognitiva), sus manos (parte física) y su corazón (parte emocional) al servicio de Dios y la humanidad”.